Exigimos otro trato

Las cifras pintan mal. Sin necesidad de reiterar los números expuestos en una anterior reflexión, a partir de los datos de empleo, la situación socioeconómica se agrava con el paso de las semanas. Y lo que es peor, también la sanitaria. Por más que cada mañana nos levantamos con el ánimo renovado y el propósito de contribuir con nuestro trabajo a la recuperación, escasean las buenas noticias. Nos topamos con el muro de la realidad y apreciamos una creciente inquietud en la calle, que en muchos casos se transforma en pesadumbre.

Las circunstancias empeoran en nuestro entorno más próximo. “En Canarias se está gestando un desastre colosal”, ha advertido Fernando Clavijo a Pedro Sánchez, desde la tribuna del Senado, consciente de que miles de familias isleñas van a pasar hambre y necesidad extrema. De la misma manera que deben saberlo los parlamentarios canarios del PSOE y Unidas Podemos, llamados a exigir –al menos internamente– una actitud distinta del Gobierno de España con el Archipiélago.

Porque no es de recibo venir a Canarias a disfrutar de las vacaciones, como hizo Sánchez, y reducir el contacto con su gente a una cita protocolaria con representantes institucionales, todos ellos compañeros de partido. Metido en la burbuja de La Mareta, el presidente no mostró el más mínimo interés por acercarse a la realidad que hoy nos acogota: la de los desempleados necesitados de asistencia social. La de trabajadores angustiados por la cuenta atrás de los ERTEs. La de los autónomos desesperados ante un panorama cada vez más incierto… O la de los inmigrantes hacinados en una tierra distinta a la que realmente desean para labrarse un futuro mejor.

Como bien ha dicho nuestro alcalde, José Manuel Bermúdez, Canarias necesita un plan de reactivación económica propio, con un paquete de medidas concretas que sirvan para hacer frente a la crisis sanitaria, económica y migratoria que tenemos delante. Una ojeada a los datos económicos y un vistazo al mapa de nuestro país, fijándose bien en la lejanía de la España continental y el fraccionamiento de nuestra región, ayudan a entender la necesidad de un tratamiento diferente por parte del Estado. Para tener las mismas oportunidades de reactivación que el resto de Europa necesitamos una fórmula singular. La realidad es tozuda.

Po eso todo empieza por tener otra actitud. Un mayor grado de sensibilidad. No son de recibo, por ejemplo, comportamientos como el del ministro Escrivá en la atención de la crisis migratoria. Se corresponde con tiempos pretéritos y otro sistema político. O el de la ministra Montero, la de Hacienda, con el decreto de los ayuntamientos. Ensoberbecida en su tesis, por más que todo el municipalismo (excepto los alcaldes de su partido) se expresó en contra, acabó sufriendo el revolcón parlamentario. Con todo, quizás fuera lo de menos. Porque la gravedad del caso es el tiempo perdido, cuando apremian las respuestas a necesidades imperiosas de nuestros vecinos.

Por nuestra parte no va a quedar. El ejercicio político en un ayuntamiento obliga a ser prácticos. Aquí no caben ni poses cara a la galería ni intrigas partidistas. El vecino exige soluciones y seguiremos buscando alternativas, aunando esfuerzos con agentes sociales y económicos y entidades del tercer sector. Pero, al mismo tiempo, no dejaremos de reivindicar lo que nos corresponde. Nos rebelamos frente a la callada por respuesta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

21.09.2020    /    0  comentarios    /