Suma de TODOS (de verdad)

Los datos sobre desempleo dados a conocer esta semana por el Ministerio de Trabajo y Economía Social han venido a confirmar nuestros temores. La crisis del coronavirus sigue haciendo mella, de manera progresiva, en el mercado de trabajo, con las consecuencias sociales que supone para la economía de tantos hogares. En términos interanuales, su reflejo en Canarias se cifra en un incremento del 26,71 por ciento, lo que se traduce en la existencia de 55.033 personas más en paro que hace un año.

En el caso concreto de nuestra capital, nos situamos ante un escenario muy preocupante, con 25.153 personas sin empleo y una tasa de paro en torno al 26 por ciento. Mes a mes, Santa Cruz se aproxima por momentos a la situación sufrida hace cinco años, cuando comenzaron a remitir las consecuencias de la crisis anterior y, en paralelo, arrancamos una dinámica positiva de creación de empleo.

Además, no hay que perder de vista que este municipio lidera la bolsa de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en la provincia tinerfeña, con 21.853 personas afectadas por esta situación. Una cifra que apenas ha variado respecto al mes anterior. Y a medida que pasa el tiempo, va menguando el efecto de “colchón de seguridad” que ofrece esta herramienta, habida cuenta, precisamente, de su carácter eventual. Por lo tanto, los efectos de la desescalada no pasan de ser relativos mientras no se disipe la incertidumbre y pueda materializarse con la reapertura real de los negocios.

Ante esta situación, ¿qué podemos hacer desde las administraciones locales? ¿Qué respuesta puede ofrecer un Ayuntamiento como el de nuestra capital? El acuerdo institucional alcanzado la semana pasada por el Pleno –dos meses después de la anterior convocatoria, en medio de una inactividad injustificable– cabe considerarlo como un avance, aunque tardío e insuficiente, si tenemos en cuenta la cantidad de medidas desechadas entre las propuestas por José Manuel Bermúdez, más de un mes antes, en torno a un ‘Pacto por Santa Cruz’ mucho más ambicioso.

Sin embargo, no vamos a cejar en el empeño. De ninguna manera. El contacto permanente que mantenemos desde el grupo de CC-PNC con todo el tejido social de la ciudad, reforzado si cabe durante el estado de alarma, nos anima a seguir planteando acciones que ayuden a salir de esta difícil situación que nos está tocando sufrir. Iniciativas en las que participan organizaciones de todo tipo, más allá de las formaciones políticas, con un diagnóstico más real de la situación y una voluntad decidida de participación.

Santa Cruz necesita, de manera imperiosa, un gran Pacto por el Empleo. Nos va la vida en ello si queremos revertir de verdad (y pronto) los datos a los que me he referido. Un gran acuerdo para el que se requiere sentar en una misma mesa a todas las partes implicadas (empresarios, sindicatos entidades vecinales y del tercer sector…), con el compromiso de remar en la misma dirección. Una especie de “conjura” que ayude a la contratación empresarial, la obtención de recursos financieros para desarrollar políticas activas de empleo y la agilización administrativa para simplificar los procedimientos de contratación, especialmente en lo que toca a la inversión pública.

Y no vale que la respuesta de quienes gobiernan continúe siendo la misma: “Estamos trabajando en ello”. El carácter extraordinario de esta coyuntura obliga a salir de ese maldito bucle. De una vez por todas. Si a finales de 2011 conseguimos hacerlo en Santa Cruz, con la creación de una Comisión Anticrisis, por qué no ahora.

Urbanismo táctico y tacticismo político

La necesidad de responder localmente a los efectos de la crisis de la COVID-19 nos preocupa de manera creciente. A las medidas que se determinen en los ámbitos internacionales y estatales habrá que sumar -debiera estar haciéndose ya- otra serie de decisiones para nuestro entorno más inmediato. De toda índole.

En este sentido, durante los últimos días hemos venido hablando sobre la oportunidad de aplicar en nuestra ciudad, en una coyuntura como la presente, medidas relacionadas con el “urbanismo táctico”, a través de intervenciones a pequeña escala, con bajo coste y carácter temporal, que permitan sacarles más rendimiento a determinados espacios de la ciudad. Lejos de requerir grandes y costosas obras de transformación, nos situamos ante una herramienta ideal para este nuevo momento que nos ha tocado vivir.

Un ejemplo. En el pasado mandato aprobamos el proyecto para hacer semipeatonal la calle Imeldo Serís y reforzar sus atractivos, con un presupuesto superior a los dos millones de euros. Sin posibilidad de acometer ahora una inversión de tal envergadura, ¿podemos hacer algo en apoyo de vecinos y comerciantes de la zona? En la línea apuntada, podemos avanzar en el objetivo de hacerla semipeatonal con pequeñas acciones, como la colocación de maceteros y algunos otros elementos, suficientes para dinamizar su actividad y atraer a más personas.

Otro ejemplo, en otra zona distinta de Santa Cruz, como es la avenida de Los Majuelos, donde también existe un polo comercial. En este caso, consistiría en la reordenación del tráfico, durante un número determinado de meses, para favorecer el ejercicio físico y la práctica deportiva en una parte del paseo, lo cual redundaría en un mayor movimiento de personas en torno a los establecimientos de este lugar.

El contacto fluido y permanente que mantenemos con el tejido social de la ciudad, con vecinos, trabajadores, autónomos o pequeños y medianos empresarios, nos permite confrontar ideas de este tipo, enriqueciéndolas con sus pareceres. Lo comentaba estos días con empresarios de la avenida de Anaga: ¿tiene sentido que los fines de semana cerremos el tramo que va de Almeyda al túnel y lo convirtamos en un amplio polideportivo al aire libre? ¿Favorecería el movimiento de personas y tiraría del comercio y la restauración?

Podría seguir con más ejemplos, que venimos testando en los encuentros telemáticos emprendidos semanas atrás por José Manuel Bermúdez, durante todo el confinamiento, siempre dispuesto a escuchar las inquietudes y preocupaciones de nuestros vecinos.

Se trata de efectuar reflexiones de este tipo entorno a diferentes lugares del municipio, dada la dispersión poblacional y la diversidad de pueblos y barrios que caracteriza a Santa Cruz, para adaptarnos a la nueva realidad. Y una vía es el denominado “urbanismo táctico”, muy en boga en otras poblaciones del mundo, por cuanto facilita la reinterpretación de los usos asignados originalmente a muchos espacios de la ciudad.

Nos hallamos ante una situación diferente, que nos exige combinar la autoprotección y el cuidado de nuestra salud con la necesidad de reactivar la economía y favorecer el empleo, dentro de un marco presupuestario mucho más limitado que antes de la crisis. El éxito en la respuesta pasa por combinar imaginación, diálogo y determinación, tres cualidades que, por desgracia, no figuran en el manual de uso de la alcaldesa de Santa Cruz.

Muy al contrario, pasan las semanas y la parálisis se hace crónica en el Ayuntamiento capitalino, donde el grupo de gobierno mantiene su encierro, en minoría tras la renuncia de uno de sus concejales y temeroso de convocar una sesión plenaria en la que podamos hallar acuerdos amplios para enfrentar esta crisis sin precedentes. Un consenso que nos comprometa a todos, en la línea del Pacto por Santa Cruz propuesto en abril por nuestra formación política. Sin más escusas y alejado del tacticismo político.

Cercanía versus Aislamiento

Moncloa lo ha denominado Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad. La salida del confinamiento debía llevar un nombre -como casi todo en la vida- y mejor recurrir a los eufemismos. En su aplicación práctica, tras el ensayo 0, la llave para atravesar la puerta y volver a la calle no es una, sino varias, en forma de fases. Así que desde este lunes estamos con la primera. ¿Un balance inicial en Santa Cruz? Decepcionante. Me gustaría recurrir a otro calificativo, pero dejaría de manifestarme con honestidad.

Ni las medidas económicas apuntadas en el plan estatal ni las acciones implementadas por el Ayuntamiento (mucho menos) están respondiendo a las expectativas. Basta con darse una vuelta por sus diferentes distritos y barrios y charlar con empresarios, autónomos y vecinos para comprobarlo. Una cosa es recuperar la calle para pasear o hacer deporte y otra, muy diferente, reactivar la economía local.

No hay que perder de vista que la desescalada requiere cautelas, que en modo alguno han desaparecido los riesgos y que todos hemos de aplicarnos en el cumplimiento de una serie de normas de autoprotección. Pero, en paralelo, para evitar que la crisis económica acabe por devorarnos como un tsunami, necesitamos otra manera de hacer las cosas desde las administraciones. En este caso, la local: desde el Ayuntamiento.

No puede ser que el Consistorio santacrucero fíe toda su actuación al diseño de un paquete, más o menos mayor, de ayudas puntuales. Y menos aún si su reparto se gestiona a cuentagotas. La consecuencia de cada día que pasa sin medidas ágiles y certeras se paga con el cierre de un negocio y la pérdida de puestos de trabajos. Ni más ni menos. A ver si la alcaldesa, de una vez por todas, toma conciencia de esta realidad.

Otro rasgo para tener en cuenta es el carácter asimétrico de las decisiones a adoptar: a realidades distintas, decisiones diferentes. El Ayuntamiento tiene que repensar los espacios de Santa Cruz, que es un territorio diverso, con sus peculiaridades geográficas, poblacionales, económicas y urbanísticas, para desarrollar actuaciones adaptadas a sus necesidades.

En el comercio, la hostelería y la restauración hallamos un ejemplo. Sobre todo, contando con que la pequeña economía de barrio será estratégica en estos meses que están por venir. Si no queremos convertir las calles de nuestra ciudad, de sus pueblos y barrios, en solares con negocios que no terminaron de levantar sus persianas.

Desde el grupo municipal de CC-PNC, la formación con más apoyo popular en las últimas elecciones, seguimos tendiendo la mano al gobierno multicolor de Patricia Hernández para participar en la recuperación de Santa Cruz. Llevamos más de 50 días proclamando esta voluntad, aportando propuestas, reuniéndonos con todos los sectores vecinales, sociales, económicos, empresariales… Pero desde el Consistorio se nos responda con evasivas que rayan el desprecio. Impropio de quienes presumieron de talante.

Aún así, no vamos a decaer. Más bien, todo lo contrario. Del contacto intenso y permanente con nuestra gente extraemos una ilusión que nos retroalimenta. Por ejemplo: igual que antaño trabamos relación con tantos pequeños emprendedores de nuestra ciudad (el de la frutería de la esquina, el del bar de arriba, la de la tienda de dos calles más abajo…), estos últimos días hemos reforzado esa proximidad, con algunos de ellos, por la vía digital. Atendiendo su oferta alternativa y escuchando sus necesidades para salir adelante.

Santa Cruz es cercana y amable, porque así son nuestras gentes. Santa Cruz es diversa y popular, porque se traza desde casi un centenar de barrios. Santa Cruz es dialogante y solidaria, sobre todo en tiempos de adversidad, como el momento presente. Y todo esto parece no querer entenderlo quienes se aíslan en el castillo consistorial de la soberbia. Muy a su pesar, saldremos adelante.

MENOS política y MÁS Santa Cruz

A nadie se le escapa que vivimos un momento único. Como tampoco que al dolor por las pérdidas humanas hay que sumar una preocupación creciente, con el paso de los días, por el largo letargo de la economía y de un estado de necesidad sin precedentes. Son situaciones innegables.

Santa Cruz suma ya 24.939 parados, su peor cifra en materia de desempleo desde 2007. Sin apenas darnos cuenta, en nada de tiempo, nos dirigimos al peor registro de toda la secuencia histórica de nuestra capital. Y sucede igual con el número de contratos firmados en abril, que se situó en apenas 2.411, lo que supone otro dato negativo sin precedentes.

Sin duda, la situación nos obliga a ser mejores y más tenaces, además de trabajar juntos para superar esta terrible coyuntura. A centrarnos en una tarea colectiva y apostar de manera decidida por la supervivencia de Canarias. Porque nuestras PYMES y su gente se merecen que demos el 120% y solo es posible #entreTODOS.

Tratamos de huir de las críticas en este tipo de situaciones, pero reconozco que cada vez nos cuesta más. Sentimos que con este Gobierno municipal todo será mucho más difícil. La alcaldesa y su grupo acumulan 50 días aislados, salvo para seguir a la carroza musical por calles del municipio. Mes y medio escondidos, soltando de vez en cuando alguna ocurrencia, pero sin ponerse en lo que realmente toca: adoptar medidas serias y estructurales para hacer frente a esta crisis, en contacto con todos los sectores (vecinales, sociales, económicos, políticos…)

Hemos mostrado, desde el primer momento, mano tendida para participar en esa tarea colectiva. Hace un mes que presentamos una batería de propuestas de todo tipo. Pero la única respuesta que hemos recibido es la indiferencia, hasta que ahora, 50 días después, se nos llama, cuando entendemos que ya lo tienen todo decidido. Al menos, a la vista de su propaganda en los medios, con anuncios y más anuncios sin concretar.

El actual grupo gobernante en el Consistorio de Santa Cruz parece seguir el patrón implantado por La Moncloa: “Hoy sábado doy una rueda de prensa y mañana domingo convoco a los presidentes autonómicos para preguntarles qué les parece lo que anuncié ayer…”. Le han cogido gusto al estado de alarma y gobiernan a golpe de imposición. Aquí, en Santa Cruz, 50 días después, continúan sin convocar al Pleno municipal. La alcaldesa ya no sabe a qué agarrarse con tal de no celebrar un encuentro con todos los representantes del pueblo chicharrero. ¡Y NO SON LAS FORMAS!

 

Avances de capital importancia

La semana pasada quedará marcada en la historia de Canarias como una de las más trascendentes de las últimas décadas. La aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía y del denominado REF económico constituyen hitos fundamentales para todos los canarios. No en vano, hemos podido blindar para los años venideros un ‘corpus’ normativo en el que habrá de encajar nuestro pleno desarrollo como pueblo.

Un acervo que debemos entender como la suma de aspectos identificativos o culturales con otros de carácter económico y fiscal, que han determinado y condicionado históricamente al Archipiélago.

Con el nuevo Estatuto y con el nuevo REF económico (los aspectos fiscales fueron aprobados hace ya algunos años) Canarias da un salto cualitativo de enorme importancia que consolida y refuerza su singularidad dentro del Estado, una singularidad secular que arrastra desde el mismo momento de la Conquista.

Y aunque pareciera que ambos documentos están alejados del día a día de todos cuantos vivimos en Canarias, su entrada en vigor tendrá una repercusión directa en aspectos de lo más cotidiano.

Porque cotidiano es pagar un billete aéreo o marítimo, abonar las facturas de la luz o hacer la compra. Con el nuevo REF económico, por ejemplo, se garantiza -más allá de la voluntad política de turno- el mantenimiento de las justas compensaciones por la insularidad, lejanía y fragmentación del territorio. Compensaciones que afectan al transporte de personas o mercancías, a los costes de la electricidad o a la desalación de agua, entre otras muchas.

Además, se garantizan medidas para la formación profesional, se recupera el Plan Integral de Empleo o se fomenta la competitividad de las empresas.

Se trata de un conjunto de medidas que ya están “amarradas” y que beneficiarán a los ciudadanos a título particular, pero también a aquellas entidades territoriales de referencia en el Archipiélago. Me refiero, en concreto, a Santa Cruz de Tenerife, que dispondrá de nuevos atractivos para consolidar su liderazgo como capital insular y como co-capital de la Comunidad Autónoma

El creciente dinamismo económico de nuestra ciudad a nivel laboral y en creación de empresas, puede encontrar -si las cosas a nivel nacional no se tuercen- un pilar fundamental.

Santa Cruz, que ya concentra casi un tercio de los contratos que se formalizan en Tenerife y muestra un vigor inaudito en sus principales sectores de actividad, tiene una gran oportunidad de afianzarse como el centro neurálgico del empleo y de los negocios, además de apuntalar su condición de centro administrativo y de servicios.

Las posibilidades que se nos abren con el nuevo Estatuto y con el REF económico, unidos a las ventajosas condiciones fiscales de las que ya disfrutamos, nos colocan en una posición de partida magnífica para afrontar los retos que se avizoran en el camino y que pasan, en esencia, por un mayor progreso económico y social; es decir, por la mejora de las condiciones de vida de todos los chicharreros.

La ilusión y la confianza también generan empleo

La recuperación económica de Santa Cruz es un hecho; como un hecho es que esa recuperación está llegando poco a poco a más gente; al bolsillo de los ciudadanos y a los balances de nuestras empresas. El número de contrataciones, la reducción del paro registrado, la apertura de nuevas empresas, el tirón del consumo y la renovada pujanza del sector comercial o la creciente llegada de turistas y visitantes, nos sitúan en un escenario muy diferente al de hace unos años.

Esos datos son importantes en sí mismos, pero también como termómetro para medir la ilusión de nuestra gente y como factor decisivo para la confianza empresarial.

Porque más allá de los números y las cifras macroeconómicas, el estado de ánimo de una sociedad es de capital importancia para su desarrollo económico. La ilusión y la confianza también son elementos generadores de economía, de buena economía.

De ahí que desde el Ayuntamiento estemos trabajando desde hace mucho tiempo en crear las condiciones adecuadas para canalizar esa confianza empresarial hacia la generación de puestos de trabajo. Cuanta más confianza haya en el empresariado a medio y largo plazo, más posibilidades habrá de mejorar la calidad del empleo que se crea.

En Santa Cruz, al igual que en el resto de Canarias y del territorio español, el nivel de temporalidad de los contratos es muy elevado en comparación con aquellos de carácter indefinido. Por eso resulta fundamental que trabajemos con las herramientas que tenemos a nuestro alcance. Dado que las competencias municipales en materia de legislación laboral son inexistentes, debemos poner el foco en aquellos asuntos en los que sí podemos actuar.

Desde esa perspectiva, estamos siendo audaces en la captación de recursos económicos destinados a la formación, por un lado, y en la generación de un clima de confianza empresarial –apoyando las actividades productivas con medidas de carácter fiscal o de dinamización- para que esa recuperación llegue a todos los vecinos de Santa Cruz.

Porque ahora que las cosas marchan bien no podemos dejar a nadie orillado en el desempleo o, directamente, en la exclusión social. La salida definitiva de la crisis será total y para todos, o directamente no será.

Desde el Ayuntamiento seguiremos profundizando en todas esas medidas, que están dando muy buenos resultados, sin dejar volver la vista a quienes demandan aún hoy en día un trabajo: un buen, digno y estable puesto de trabajo.

Ese es el reto.

Avancemos juntos en la diversificación económica

Santa Cruz conserva en sus calles el aroma a la tradición y la vitalidad de una ciudad moderna que apuesta por un futuro basado en el trabajo conjunto y la generación de oportunidades, utilizando su condición atlántica como dinamizador decidido; el sabor de una ciudad de más de 500 años de historia, el legado de decenas de generaciones de chicharreros y chicharreras procedentes de muy diversos puntos que han enriquecido social y culturalmente este pequeño rincón del Atlántico Medio.

Y casi desde su fundación, Santa Cruz y Canarias, cuentan con herramientas propias, específicas, que han moldeado con el paso de los siglos un acervo económico y fiscal singular que a día de hoy nos siguen otorgando ventajas competitivas únicas en Europa. Esa historia, que arranca en el siglo XV cuando los Reyes Católicos otorgaron a las Islas un régimen de franquicia, continuó con el decreto de Puertos Francos de Bravo Murillo en 1852 y se ha consolidado más tarde con el Régimen Económico y Fiscal al que se han ido sumando herramientas como la Zona Franca, la Zona ZEC y nuevas infraestructuras que nos ayudan a estar más y mejor conectados física y digitalmente.

La ciudad floreció con el devenir de los años en la misma medida que lo hizo su puerto, nudo de intercambio de mercancías, personas, ideas e influencias. Ese puerto que nos permitió ser capital y que todavía hoy sigue aportando muchísimo, como esta misma semana con el MSC Karlskrona (81.488 toneladas) nos hacía batir el récord de contenedores en tránsito en la instalación con un número de 4.000.

Nuestras peculiaridades, nacidas de las necesidades de un territorio insular, alejado y fragmentado territorialmente, han definido una forma de ser, una forma de estar ante el mundo muy singular, con voluntad de ciudad abierta, acogedora, ciudad de servicios y carácter afable.

De todas las manifestaciones de la actividad económica, Santa Cruz se hizo fuerte en el comercio, en lógica con la pujanza de su puerto y también de su posterior condición capitalina y centro administrativo y de servicios. En los últimos años cada vez más se ha ido apostando por convertirnos en la capital turística de una isla turística y, sin duda, la bonanza económica a nivel global nos ha permitido avanzar de manera decidida en esta realidad como en el año 2017, con más de 2,2 millones de visitantes y cifras récord en empleo e ingresos en el sector en la ciudad.

Pero a día de hoy, estamos en disposición de afrontar un nuevo y definitivo cambio de modelo económico, sin que esto signifique arrinconar nuestras fortalezas tradicionales. Debemos explorar, y así lo estamos haciendo, nuevas oportunidades para convertirnos en un polo de desarrollo de industrias y actividades asociadas a la innovación, al desarrollo o las Tecnologías de la Información y la Comunicación. 

Tenemos las herramientas precisas para ello, tanto desde el punto de vista de las infraestructuras y espacios físicos, como el fiscal o tributario. En ese sentido, la zona portuaria de la capital está llamada a convertirse en un polo dinamizador de nuestra economía, gracias a la Zona Franca y a la Zona Especial Canaria (ZEC). Además, el Ayuntamiento, junto a otras administraciones como el Cabildo Insular, está desarrollando un conjunto de acciones para impulsar el despliegue de esta industria del conocimiento. Especialmente apoyada en el eje de trabajo ‘Tenerife 2030’ que de manera decidida el presidente Carlos Alonso impulsa desde la corporación insular.

El Parque Tecnológico de Cuevas Blancas, que contribuirá decisivamente a ese objetivo y permitirá, además, crear 3.000 puestos de trabajo, es una de ellas. También abriremos un centro para el desarrollo de los deportes electrónicos en un edificio de titularidad municipal, en el margen del barranco de Santos, y estamos apoyando iniciativas privadas que entroncan con ese mismo espíritu. La recién inaugurada Factoría de Innovación es un buen ejemplo. Por último, Tecnológica Santa Cruz en su cita anual apunta a un triple objetivo alineado con estas políticas: sensibilizar a emprendedoras y emprendedores en la transformación digital -en sentido amplio- de sus proyectos; animar a la creación de empresas de base tecnológica con el mayor acierto en la supervivencia posible y ser punto de encuentro de oferta y demanda, de lo público y lo privado, de las sinergias colaborativas y es en su networking, que da cierre al evento, donde confluyen esa nueva generación de oportunidades.

Creemos justamente que la colaboración público-privada resulta fundamental para avanzar en la diversificación económica de una ciudad que aspira a compaginar de manera armónica todas sus fortalezas. Comercio, turismo, industria e innovación habrán de darse la mano para componer una oferta que no solo sea atractiva para los inversores, sino que permita una creación de empleo estable y de calidad.

Ese es el reto, ilusionante, que tenemos por delante y en el que no cejaremos. Porque nos mueve una sola pero poderosa razón: la mejora de la calidad de vida de todos los vecinos y la construcción de una ciudad cada día más próspera y dinámica.

Una isla capaz en una capital pujante

fonso Cabello, Carlos Alonso. Coalicion Canaria, Tenerife

Hace unas semanas, los compañeros de Coalición Canaria aprobamos la candidatura de Carlos Alonso a la Presidencia del Cabildo de Tenerife en las elecciones de 2019.

Se trata de una decisión lógica, inteligente y, sobre todo, coherente. Coherente con el trabajo desarrollado por Carlos en una institución señera, que históricamente ha abanderado el progreso y el desarrollo socioeconómico de la Isla.

Tenerife necesita personas de la capacidad, preparación y visión de Carlos Alonso y José Bermúdez.

El Cabildo, en ese sentido, ha sido en las últimas décadas –precisamente bajo la presidencia de compañeros de Coalición como el recordado Adán Martín o Ricardo Melchior- una administración que se ha caracterizado por su faceta planificadora.

En la política conviene no improvisar y, aunque los resultados visibles de esa política de planificación no se ven en el corto plazo, es la mejor manera de encarar el futuro.

Alonso, junto al resto de los compañeros del Cabildo, ha impulsado el proyecto Tenerife 2030, un programa que entronca perfectamente con ese espíritu de planificación y que pretende, en última instancia, preparar a Tenerife y los tinerfeños para los retos de una sociedad en continua transformación, cada vez más exigente, cada vez más competitiva.

Ese proyecto, del que me confieso absolutamente partidario, precisa de un compromiso colectivo y del apoyo firme de otras administraciones. Ni que decir tiene que el Ayuntamiento de Santa Cruz seguirá colaborando, si los ciudadanos nos otorgan su confianza en la próxima convocatoria electoral,  con el Cabildo para el cumplimiento de sus objetivos.

Porque entendemos que ese Tenerife del futuro no será posible –o estará incompleto- sin la participación decidida de Santa Cruz y de sus ciudadanos en ese nuevo escenario.

Ese Tenerife capaz y talentoso lo será también por el concurso de los vecinos y de los sectores productivos de su capital, que están llamados a protagonizar esa profunda transformación que se persigue.

Santa Cruz ha consolidado –o recuperado- en los últimos años su papel como centro locomotor de la economía de la Isla: de los negocios y el empleo. Estamos, pues, en condiciones de liderar ese salto e inyectar más formación, más emprendimiento, más cultura, más progreso, al conjunto de la Isla.

El reto es tan ambicioso como apasionante. Y estoy convencido de que contando con las personas adecuadas para hacer realidad esa aspiración colectiva, como Carlos Alonso y José Bermúdez, las cosas serán más fáciles.

fonso Cabello, Carlos Alonso. Coalicion Canaria, Tenerife

Confianza en Santa Cruz

El blog de Alfonso Cabello, Santa Cruz de Tenerife

Si damos por bueno que uno de los factores intangibles más importantes para la economía es la confianza, en Santa Cruz tenemos muchas razones para la esperanza porque, aunque haya aún mucho trabajo por hacer, cosas que mejorar y objetivos que cumplir, la ciudad genera ilusión entre los vecinos y confianza entre aquellos que tienen capacidad de crear empleo. Los datos económicos de los últimos años pero, especialmente, el pulso y el ánimo de nuestra capital, nos animan a seguir trabajando sin descanso para mantener y consolidar la tendencia favorable en los distintos indicadores.

Por citar solo algunos, hemos bajado de la barrera de las 23.000 personas en paro, algo que no ocurría desde el año 2009. Son muchos aún, pero no es menos cierto que la evolución en los últimos tres años es de un descenso sostenido en esta cifra. A ese escenario contribuye la recuperación del mercado laboral, con un fuerte tirón en la contratación. En cada uno de los dos primeros meses de este año se han realizado más de 9.000 contratos, cuando en 2017 la media fue de unos 7.700. Estos datos son una buena muestra de lo que digo: las cosas van mejor que en años precedentes y está bien que sea así, pero no nos conformamos. Yo, al menos, no me conformo. Tenemos que alcanzar, a la mayor brevedad posible, el ritmo de contrataciones que teníamos antes de la feroz crisis económica, que se situaba en las 13.000 mensuales. Y sobre todo, debemos impulsar medidas desde todos los ámbitos para que mejorar la calidad de ese empleo y disminuir las tasas de temporalidad.

Las grandes magnitudes macroeconómicas se construyen a partir de la realidad más cercana, en nuestras calles, en nuestras empresas, en nuestros comercios, en nuestras cafeterías; desde la tienda de la esquina a la franquicia más popular. Si hay confianza e ilusión, se genera dinamismo económico. Es lo que ha pasado en Santa Cruz en la última campaña de Navidad, en los recientes Carnavales o en el último fin de semana, con la celebración, durante tres días, de la iniciativa ‘Ven a Santa Cruz’.

A pesar de la cercanía de ambas fiestas, la gente salió masivamente a la calle a disfrutar de su ciudad, a consumir o a comprar. Y más allá de los datos de afluencia, me quedo particularmente con la valoración realizada por el público mediante encuestas sobre el terreno que ofrecieron un sobresaliente a la iniciativa. Quiero destacar también la valoración positiva que hacen los ciudadanos de la propia Sociedad de Desarrollo como ente instrumental para el fomento del desarrollo económico y social del municipio de Santa Cruz de Tenerife .

Es una noticia que nos da ánimo y nos incentiva para seguir trabajando, codo con codo, con la iniciativa privada, además de ofrecer a los vecinos nuevas oportunidades. Con la ilusión y confianza que hay en la calle será, en todo caso, mucho más fácil.

El blog de Alfonso Cabello, Santa Cruz de Tenerife

Más y mejores oportunidades en Santa Cruz

El blog de Alfonso Cabello, Santa Cruz de Tenerife

Este mes de enero-18 que dejamos atrás, Santa Cruz ha bajado de los 23.000 desempleados por primera vez desde el año 2009.

Los datos de paro registrado y de contrataciones laborales dan continuidad a un escenario de reactivación económica que ya no es solo una mera ilusión o sensación, sino una realidad que se observa en las cifras.

Santa Cruz ha recuperado el pulso, pero queda mucho trabajo por hacer. Debemos seguir trabajando para mejorar la calidad del empleo que se crea, de manera que la recuperación económica llegue al bolsillo de los vecinos de manera continuada en el tiempo.

Esta ciudad debe avanzar tratando que nadie quede atrás. Hace algunas semanas tuve la oportunidad, junto al alcalde y el secretario general de FAUCA, de hacer un balance del año 2017 en materia de empleo en nuestra capital. A la luz de ese análisis podemos decir, sin temor a equivocarnos, que hemos avanzado en la dirección adecuada, pero que aún queda mucho por hacer.

En la balanza a nuestro favor figuran datos como los siguientes: Santa Cruz ha generado una media de 9.000 contratos mensuales (enero los mantiene); el 34% de los contratos firmados en Tenerife lo han sido en la ciudad y aproximadamente 12.000 personas han firmado un contrato indefinido.

Además, se ha dado una circunstancia especialmente ilusionante y es que en 2017 el principal sector generador de puestos de trabajo ha sido el turístico (aproximadamente el 28% del total). Este indicador nos pone en la pista de que tenemos mucho recorrido por delante e infinidad de nuevas oportunidades laborales que ofrecer a nuestra gente. Pero, aún siendo el año pasado uno de los mejores de la serie histórica, hay tarea que hacer y problemas que resolver.

Una reflexión necesaria

Así, a pesar de que la ciudad cerró el ejercicio 2017 con una media de 23.551 desempleados y arranca el 2018 por debajo de los 23.000 -cifra que nos sitúa en datos pre-crisis (2008/2009)-, sigue costando en algunos casos encontrar una oportunidad que permita al trabajador afrontar el futuro con garantías.

Sin duda, la mejora de la calidad del empleo y de las condiciones laborales es uno de los retos más importantes que tendremos que afrontar en los próximos meses y años; una reflexión que concierne a la Administración Pública y a los agentes sociales, así como empleadores. Esta ciudad solo avanza si lo hacemos juntos.

Por la parte que nos toca como Ayuntamiento, y en función de las numerosas reuniones técnicas y las personas con la que tengo la oportunidad de compartir mi día a día, estoy convencido de que debemos trabajar sobre los siguientes aspectos:

– Oportunidades de formación.

– Oportunidad de acceder a la orientación.

– Inversión decidida en políticas activas de empleo.

– Fortalecimiento del tejido empresarial existente.

– Impulso a la creación de nuevas empresas, con especial enfoque a la diversificación económica y búsqueda de nuevos nichos generadores de oportunidades.

Se trata, en definitiva, de generar más y mejor trabajo en la ciudad. A ese objetivo final se dirigen todas las políticas que marcan mi agenda diaria y las que justifican nuestra apuesta por el comercio y el turismo, a través de la cooperación con las patronales respectivas.

En ese sentido, no quiero dejar de valorar aquí el enorme esfuerzo de las pequeñas y medianas empresas de Santa Cruz –que han atravesado enormes dificultades en los últimos años- para ofrecer las mejores condiciones a sus empleados y empleadas.

Un esfuerzo que, desde lo público, también realizan todos y cada uno de los integrantes del área de Formación, Empleo y Emprendimiento de la Sociedad de Desarrollo y del área de Promoción Económica en su conjunto; personas absolutamente comprometidas en la búsqueda de fórmulas que nos permitan seguir prosperando en lo económico y, en consecuencia, en la justicia social.

Debemos conjurarnos por encontrar caminos que recorrer de manera conjunta y que cada oportunidad la aprovechemos al máximo. Sé que se me puede tachar de iluso, pero estoy convencido e ilusionado por el potencial de esta ciudad. Por una sencilla razón, porque la conforman un grupo de barrios y de gente inmensa.

A seguir peleando (o peliando ;-))

El blog de Alfonso Cabello, Santa Cruz de Tenerife